David Vine

Publicado: 03/12/2015 en Cuento, Insectos comunes

La vi al entrar a la habitación. Pude notar –o al menos eso interpreté por las facciones de su rostro- una ligera cara de sorpresa. Seguramente ella esperaba a un hombre mayor, alguien de la edad de su padre, sin embargo se encontró con un joven de estatura media, ojos color gris, cabello castaño, porte erguido y muy elegante. Alguien que seguramente tenía menos de treinta años.

-Mi nombre es Jane, soy la hija de…

-El profesor Mars –la interrumpí.

-¿Cómo lo supo?

-Me ha contado mucho de ti pero, hasta hoy, no había tenido el honor de conocerte.

Hablamos acerca de nuestro pasado. Después de la cuarta copa de vino le conté que fui hijo único y lo violento que era mi padre con mamá. Me gané su confianza con ello, siempre he tenido esa habilidad.

No le mentí en absoluto, fui totalmente sincero para que ella lo fuera conmigo, tenía que llevarla a un estado emocional en donde se encontrara sensible. Fue muy sencillo.

Gracias por escuchar, Jane. Y por contármelo. Yo sé que no se lo cuentas a muchos.

Me has hecho sentir como si fuéramos amigos – me dijo.

En ese momento la abracé. Fue un abrazo largo y al terminar clavé mi mirada en sus ojos durante tres segundos. Era el momento de besarla y lo hice. Todo salió como lo había planeado.

-Gracias –me dijo.

-¿Nunca te habían besado como yo? –bromeé para romper la tensión.

-No, tonto. Me refiero a lo de mi padre, gracias por salvarle la vida.

-Ah eso. No es nada, es el trabajo de mi vida y lo logré con tu padre: vencer a la muerte.

-Él me habló de tu investigación. Dijo que todos te juzgaban de loco.

-Y en algo de eso tienen razón –contesté.

-Desde siempre, la humanidad, ha buscado la manera de evitar la muerte o de poder curarla ¡Y tú lo has logrado!

-No iba a descansar hasta tener éxito, no me basta con matar a mis víctimas una sola vez.

En el momento en que terminé la frase su cara cambió, ya no era la de una enamorada, ahora era de un miedo intenso. Las lágrimas brotaron de sus ojos y los gritos salieron de su garganta. Comprendió quién había sido el asesino de su padre y supo que mi intención era volver a acabar con él.

No podía dejarla escapar, sin embargo no pude retenerla porque alguien llamó a la puerta en ese preciso instante. Era un agente de la policía…


Les dejo otro reto creativo del grupo literario Insectos Comunes.
La tarea consistió en crear un texto relatado desde el punto de vista del villano, el cual debía ser carismático y puramente malo, nada de medias tintas. Espero que les haya gustado mi personaje y los invito a visitar los villanos de mis compañeros, a quienes agradezco por su retroalimentación, sin la cual hubiera sido un texto muy distinto y con menos fuerza:

Tradición familiar, por LaRataGris.

El juicio, por Manu LF.

Cazar, por Daniel Centeno.

Discurso y castigo, por Luis Ernesto Molina (Cerdo Venusiano).
comentarios
  1. Me ha gusto leer la versión final, con un ritmo mejorado (creo) y con el mismo golpe final.
    Sin duda, mejoras con cada cuento, mi estimado.

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  2. P.D. Somos unos retorcidos. Nuestros villanos han quedado peliagudos.

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